¿Shall we...walk? [Dan]

Viernes por la tade en Forks. Lluvioso, como siempre. Húmedo como de costumbre.
Daba vueltas por la casa que Edward y yo teníamos apartada cerca de la mansión Cullen en los alrededores del bosque. No había nadie. Supuse rápidamente que Edward había llevado nuevamente a Renesmee a la librería de alguna ciudad vecina como Port Angeles o quizá Seattle. Nuestra hija se había convertido en una deboradora de libros y había que reponer estos con una alta demanda de impaciencia de su parte. Y no podíamos culparla. No podía salir a jugar con otros niños como todos lo hacían. Más que salir de caza con Jacob o con alguno de nosotros...La niña había crecido sin esos "privilegios" de diversión que los niños tienen.
Sabía también, que acercándose al fin de semana, Alice y Rosalie se armaban de sus tarjetas de crédito, infinito parecía por momentos, y de sus autos lujosos para ir de compras, esperando comprar ropa que no usarían, no en Forks, y luego arreglarse exageradamente, para mí gusto.
-Piensa algo rápido, Bella.- Pensé inmediatamente al considerar que en el transcurso de la tarde ellas vendrían por mí. No era la primera vez que hacían algo así; frecuentemente era su víctima para conejillo de indias en pruebas nuevas y de combinación de colores, peinados, etc.

Me subí al auto, el mercedes plateado, sofisticado no lo niego pero mucho más disimulado que el amarillo prosche de Alice, y me dirigí al centro de la ciudad. Cualquier lado donde pudiera hacerme pasar por humana era más "seguro" que mi propia casa.
Dí unas cuantas vueltas, pero, en menos de una hora me había recorrido el pueblo entero. Y es que sí, era un pueblo en todo el sentido de la palabra.
Estacioné el auto en la vereda del parque principal, todo el cordón estaba libre de ese lado de la cuadra. No supe si era por la hora o si simplemente la escasez de población era el motivo. No quise pensar en ello tampoco.
Me bajé del auto, acomodándo mi cabello en un ágil movimiento. A veces olvidaba que, aunque mi sentido por la moda seguía sin ser despertado, cualquier cosa que vistiera ahora se lucía más, y a pesar de que Edward lo negara, ahora era bonita.
Noté la mirada de la gente fijándose en mí. Sabía que debían estar haciendo especulaciones, todos sabían mi historia en Forks, o casi todos. Parecía no haber lugar para los secretos.
Murmullos comentando de mi misterioso amorío con Edward Cullen, de cómo me convertí en uno de ellos, suponiendo que Carlisle aplicaba cirugías plásticas en cada uno de nosotros.
No podía evitar reirme divertida ante todos ellos. Eran más inocentes de lo que creían, porque a pesar de que toda noticia fuera rumor para todos, habían secretos más peligroso que ellos ignoraban...

Suspiré al ver la apagada escena.
Unos pocos columpios se mecían, con unos dos o tres niños jugando. Parecían felices, pero Forks tenía ese algo que siempre hacía verlo gris.
Pensé que tenía que ver con el entrar del invierno. Cuando era verano, a pesar de no hacer calor, la imagen de Jacob se prendía a absolutamente todo, haciéndome sentir mucho más caliente todo lo frío del lugar a mi al rededor.
Pude avistar unas pocas personas caminando entre los senderos rodeados de espesos árboles. Podía contemplarlo con claridad desde dónde estaba, parada y reposada sobre mi Mercedes. Claro que, también le debía mucho a mi mejorada visión.
Por otro lado, casi al mismo tiempo en que ergía mi posición para comenzar a caminar, un auto llegó para estacionarse a pocos metros del mío. Lo ignoré.
Un hombre bajó, le heché un vistazo rápido antes de que pudiera verme, temí llamar la atención.
Era alto, de apariencia formada y con expresión seria. Me preguntaba qué estaría pensando para tener esa cara de pensatividad. ¡Maldito Edward que no estaba a mi lado cuando lo necesitaba! Y no sólo porque pudiera leer la mente del humano. Ya había recordado que le extrañaba.
Comencé a caminar, miz zapatos casi no hacían ruido, no usaba los tacones que Alice insistía en que usara. Incluso noté cómo el hombre se acercaba a mí, pero lo ignoré, suponiendo que también querría entrar al bosque y entraría por el mismo lugar.
Error mío.
Me tomó del brazo, obviamente lo quité con la misma rapidéz sin dificultad alguna. Intenté disimular la fuerza que usé en el movimiento, pero, por lo menos para mí, fué evidente la diferencia de fuerzas.
-Soy friolenta.- Me mordí el labio inferior tras responderle. Había hablado en seco, completamente serio. Comprendí que talves, sólo talves, no sería nada amable conmigo a pesar de mi apariencia hefímera para los mortales.
Acomdé mi saco, cruzándome de brazos, imitando aquél gesto que me era imposible no hacer cuando era humana y me sentía débil ante el frío.

La respuesta de ella hizo a Dean sonreír de una manera directamente irresistible,tal como era siempre. Sus ojos se clavaron en los de ella buscando la verdad. Aunque el sabía que era un vampiro. Por todos los demonios Dean era un cazador, podía darse cuenta fácilmente sin la indicación de nadie.¿acaso la chica no estaba orgullosa de ser una chupa sangres ? . No lo parecía, se avergonzaría de aquello o que l estaba pasando?. Dean la miró unos segundos sin pestañar, aún sujetando su brazo sin hacer fuerzas. Ella hizo un movimiento rápido. Aquella rapidez que suelen usar los vampiros. Dean se relamió los labios y con ironía comenzo a reír - Nah, busca algun motiv más verdadero - le dijo chasqueando la lengua de forma masculina y acercandose a ella volvió a hablar con aquel tono tan grave y a la vez suave, aterciopelado - ¿Y que me dices de la rapidez? - preguntó en un susurro cerca de ella.

Dean podía sentir aquel roce de la chica y del el. Su pecho rozaba con los pechos de ella ,pero al parecer ella no sentía - No soy como los demás , veo cosas que ningún humano ve, al menos ellos ignoran vivir en un infierno - volvió a decir con fríaldad mirandola con la misma mirada de antes. Curiosa. Se apartó un poco de ella ,aun sonriendo de oreja a oreja y se paró para dejar descansar su espalda, apoyandola en un tronco de un árbol . Ahora lo que debería hacer era llamar a Sam y decirle que en el pueblo hay un vampiro haciendose pasar por un humano. Pero..¿acaso era una amenaza?. No lo creería aunque tenía sus dudas. La única pregunta que le aterraba a nuestro cazador era la pregunta ¿Habían más?.

{Siento lo cortito, no te quería hacer esperar más de la cuenta :3}

Noté la sonrisa casi malévola del hombre, y por un momento, si mi corazón aún latiera se hubiera parado y estremecido con fuerza.
¿Acaso él sabia en verdad lo que yo era? Me aterroricé del solo pensarlo.
No sacó su mano de mi brazo, lo cual me irritó. Me molestaba cualquier contacto si no provenía de mi esposo. Ah, ahora sonaba tan natural el decirlo. Hasta me daba gracia pensar en lo mucho que me aterraba el decirle así a Edward cuando aún era humana.
Humana... Este hombre era uno sin duda alguna, y era evidente su interés en mi naturaleza, y eso fue más evidente cuando volvió a pronunciar palabra.
-No es tu asunto.- Respondí igual de fría y distante, clavando mi mirada, dorada por la alimentación no humana que llevaba, como si fueran puñales que él pudiera sentir.
Mi cuerpo era rígido y frío para cualquier humano, y era un hecho que n opodía esconder mucho más. Me mordí el labio inferior instintivamente.
-Definitivamente. Ellos lo ignoran. También deberías hacerlo, dicen que la ignorancia es la felicidad.- Intenté contener mi velocidad, pero no pude evitar hacer otro ágil moviemiento, correspondiendo cambio de posición, haciéndolo más distante físicamente.
Eso me resultaba más cómodo.
-No sé qué es lo que quieras aquí, pero estoy segura que no tengo nada que ver con lo que sea que buscas.- Dí la iniciativa de irme de aquél lugar, moviendome con lentitud para mí, una velocidad normal para un humano.